Un hecho y mil verdades.
A propósito del actual paro nacional en Colombia (lo llaman agrario, y lo llaman paro, pero a juzgar por las noticias y lo que puede uno apreciar de cerca, más parece paro-bloqueo y es de toda la base productiva nacional), si uno se traslada al cuerpo y vida de quien usa el azadón, maniobra el timón, ordeña la vaca, rompe la piedra o tantos otros oficios duros que son base del motor productivo primario nuestro en Colombia, naturalmente su protesta es legítima (dejando a un lado los desmanes)… hasta cierto punto, porque la protesta parece buscar solamente mejores condiciones sociales y económicas (legítimas, necesarias y altamente en mora), pero relegando al olvido el cuidado de la naturaleza o un mejor uso de ella, y éste desbalance ya hace de la protesta una parcialmente legítima, o legítima pero insostenible. |